En el Cusco existían dos grandes observatorios astronómicos: uno en Cachimayo, desde donde se observaba la posición del Sol al amanecer, y otro en Sabacurinca, donde se ponía el Sol. Estos permitían determinar con precisión las fechas de los solsticios, equinoccios y los pasos del Sol por el meridiano del Cusco.
Se trataba de un asiento ubicado en la ladera que baja hacia el río Saphi. Desde este punto se observaba con precisión la puesta del Sol entre cuatro torres ubicadas en lo alto del cerro Picchu. Estos grupos de cuatro torres, dos altas a los extremos y dos pequeñas en el medio, eran conocidos con el nombre genérico de sucancas.
Según mencionaba el cronista Cobo, las sucancas que servían para observar el atardecer eran: Chinchicalla -en la misma cima del Picchu-, que marcaba el solsticio del verano, cuya fiesta era el Cápac Raymi; Quincalla -800 metros al norte de la anterior- que señalaba el solsticio de invierno, en el que se celebraba el Inti Raymi; Sucanca propiamente dicha, que se ubicaba en el centro de ambas, indicaba los equinoccios.
Y finalmente, Quinoacalla, que indicaba exactamente el momento en el cual el Sol se ponía en el meridiano del Cusco; esto ocurre sólo en dos ocasiones a lo largo del año: el 14 de febrero y el 29 de octubre, días en los que las columnas no dan sombra al mediodía.
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