Sujetos a gran presión por parte de hombre y sus actividades extractivas, estos bosques , ubicados sobre la estrecha franja altitudinal en la vertiente oriental andina, vienen siendo destruidos a un ritmo verdaderamente alarmante. Los Bosques de Neblina son sin embargo, poseedores de una diversidad biológica sin paralelo en nuestro planeta. El Santuario Histórico de Machu Picchu protege un importante transecto ecológico que se inicia en las punas altoandinas hasta los profundos valles, a poco más de 1600 metros sobre el nivel del mar. En este lugar la fisiografía adquiere forma exagerada; enormes picos de roca granítica emergen de profundos valles por donde corren turbulentos ríos de agua cristalina.
En estos bosques casi colgados de las abruptas empinadas laderas, son particularmente ricos en especies de bromelias y orquídeas, muchas de ellas únicas. Constituyen , además el hábitat de los helechos arborescentes y begonias gigantes, y sirven de refugio de innumerables especies de fauna silvestre. En el interior del santuario se han registrado hasta ahora 250 especies arbóreas y 180 especies de orquídeas.
Evaluaciones detalladas revelaron que el número de especies de árboles por hectárea ascendía a 90, mientras que el promedio para bosques de neblina es de 50 especies.
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