Se le ha llamado «La capilla Sixtina de América«, y en algún sentido la comparación es pertinente, esta iglesia es uno de los ejemplos más sorprendentes y hermosos del arte religioso popular andino. Andahuaylillas es un pequeño pueblo situado en la provincia de Quispicanchis, a no más de 45 km de la ciudad de Cusco. Al parecer por los restos de construcciones todavía no muy bien estudiadas, fue un asentamiento inca de cierta importancia. Su fértil campiña, en las cercanías del Vilcanota, hizo en los primero tiempos de la Colonia se instalaran allí vecinos de cierta importancia, de los que son testimonios las casonas que todavía se conservan, pero luego el pueblo se estancó e incluso su nombre «pradera cobriza» en quechua, tuvo que aceptar un diminutivo en español, pues tenía el homónimo de Andahuylas en Apurimac.
Ahora Andahuylillas es un poblado acogedor, de más o menos 6 mil habitantes, que recibe al viajero en su inmensa y serena plaza de armas de añosos pisonayes. Su iglesia (fotografía) desde fuera no deja de ser hermosa, pese a su sencillez, levantada sobre una plataforma a la que se accede por gradas, tiene como muchos templos andinos, una capilla abierta en forma de balcón y un sólido campanario de maciza planta cuadrada, además de 3 cruces desnudas de piedra que yerguen en el atrio.
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